Cuando vemos la información que hemos recolectado como la verdad acerca del mundo de nuestro negocio, independiente de las causas y sus efectos particulares, podemos cerrarnos a interpretaciones diferentes que otros contrastes pueden ofrecer y a cursos de acción que nosotros mismos no hemos considerado. O si tratamos de tener todos los datos, podemos terminar recolectando información y atrasar fatalmente una resolución. Peor aún, nuestro análisis objetivo puede sugerirnos que no hay acción distinta posible; que nada cambiará, empeorará ni mejorará la situación. En todos estos casos, nuestras formas tradicionales de evaluar la información - mirar la verdad objetiva y completa -, puede impedir más que apoyar nuestra toma de decisiones. El control del dato que conforma la información y llega a armar la inteligencia autoriza que la acción sea efectiva, juzgando siempre con el estándar más relevante, el cual lo entregan los programas estadísticos digitalizados: STATISTICA.
viernes, 20 de abril de 2012
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